El futuro en hebreo es una conjugación personal del verbo, donde la forma temporal está integrada en la palabra misma. No son las palabras auxiliares las que ayudan, sino los prefijos y las vocales: es decir, la palabra "escribiré" sonará ektov, y no como la combinación "escribiré".
Los verbos en futuro hebreo se construyen a partir del infinitivo según un sistema claro. Cada binyán tiene sus propias reglas para formar el futuro en hebreo: especifican qué prefijos usar, cómo cambiará la vocal y si es necesario duplicar la Consonante.
Es importante no solo aprender las formas, sino también reconocer la estructura a la que pertenecen. Esto ayuda a navegar por el texto más rápido y a construir frases sin plantillas. Una vez dominada la conjugación, no se seleccionan palabras, sino que se recopilan según la lógica interna.