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Cómo leer en hebreo
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Vitaly

Cómo leer en hebreo

06/10/2025
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Las letras son desconocidas, las vocales no se ven, todo es al revés. ¡Pero no hay que asustarse! Te explicamos cómo entender el alfabeto, las vocales y aprender a leer con confianza.

Imagina: abres un libro en hebreo e intentas leer la primera frase. Las letras son raras, no se ven las vocales... Usted pregunta sorprendido: ¿cómo se lee el hebreo? ¿Por qué lado? Acostúmbrese: ¡hay que leer de derecha a izquierda! Para un principiante, leer un texto en hebreo es una tarea que parece casi imposible, ¿no es así? Sin embargo, no es tan difícil: se puede aprender si se comprenden los principios básicos.

En este artículo analizaremos los fundamentos de la lectura en hebreo: conoceremos el alfabeto (las letras consonantes y las vocales), discutiremos la pronunciación de los sonidos, las reglas de transcripción, examinaremos algunas excepciones y peculiaridades de la escritura, practicaremos la lectura de textos sin vocales basándonos en el contexto y enumeraremos los errores típicos de los principiantes. Aclaremos desde el principio que hablaremos de la lectura de textos impresos. Dejaremos de lado el hebreo escrito, con letras cursivas y manuscritas, ya que es un tema aparte.

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Alfabeto

Los principiantes suelen preguntar: ¿cómo se lee el alfabeto hebreo? Consta de 22 letras, y casi todas ellas representan sonidos consonánticos. En hebreo no hay mayúsculas, todas las letras se escriben con el mismo estilo. Se lee de derecha a izquierda. 

Cada letra tiene su propio nombre (alef, bet, gimel, etc.), pero el texto debe leerse según los sonidos. Por regla general, la pronunciación de la letra coincide con el primer sonido de su nombre. Por ejemplo, la letra ב se llama «bet» y se lee como el sonido [b] (o [v], lo veremos más adelante), ל se llama «lamed» y da el sonido [l], מ – «mem» suena como [m], y así sucesivamente.

¿Y dónde están las vocales? En lugar de letras separadas para los sonidos vocálicos, en hebreo se utiliza un sistema de signos especiales, llamados vocalizaciones (en hebreo, «nikud»). Son puntos y rayas que se colocan debajo, encima o dentro de las letras consonantes y denotan el sonido vocal que sigue a esa letra. Por ejemplo, un punto debajo a la izquierda significa el sonido [i], una combinación de tres puntos debajo de la letra significa el sonido [e], una línea debajo de la letra significa el sonido [a], un punto dentro de la letra ו da el sonido [o], y la propia ו sin punto se lee normalmente como [u] o [v]. 

Hay un total de 17 vocalizaciones, y su estudio forma parte del curso básico del idioma. En los libros de texto para principiantes, los libros infantiles y los textos del Tanaj (la Biblia), las vocales suelen estar indicadas, por lo que es más fácil leer estos textos: al ver una «sílaba» completa formada por una consonante y una vocalización, se entiende inmediatamente qué sonido hay que pronunciar.

Un gráfico con símbolos fonéticos que reflejan las reglas de lectura en hebreo.

Ejemplo de vocalizaciones en hebreo

¿Cómo se leen las letras hebreas con vocalizaciones? Muy sencillo: primero pronuncia la consonante y, a continuación, la vocal que indica la vocalización. Por ejemplo, si está escrito מָ, es la letra mem con una línea debajo (vocalización kamatz) y se lee como [ma]. Poco a poco te acostumbrarás y empezarás a percibir la combinación de letra + acento como un todo.

Pronunciación

Las reglas de pronunciación en hebreo son bastante sencillas, pero hay algunos aspectos que conviene conocer. En primer lugar, todos los sonidos se pronuncian de forma clara y completa, independientemente de su posición en la palabra. A diferencia del español, en hebreo las vocales no se «traguen» en las sílabas átonas: cada a, o, e y i suena tan claramente como si estuviera acentuada. Por ejemplo, las palabras lomed (לומד, «aprende») y kotev (כותב, «escribe») deben pronunciarse con las consonantes [d] y [v] claras al final, sin suavizarlas a [t] o [f]. Si se dice «kotef» en lugar de «kotev», se obtiene una palabra completamente diferente (por cierto, «kotef» —קוטף— significa «recoger (frutos)»). Por lo tanto, asegúrese de que la última letra de la palabra suene como debe, y no como lo haría un oído ruso por costumbre.

En segundo lugar, en hebreo no existe el concepto de consonantes suaves y duras tal y como lo entendemos nosotros. Todas las consonantes suenan más o menos «duras» (no se suavizan ante la i o la e, como ocurre en ruso). Por ejemplo, el nombre Lea (לאה) en hebreo se pronuncia como [le-a], sin suavizar la l, no como [lya]. La letra lamed siempre suena como una [l] fuerte, independientemente de las vocales que le sigan. Del mismo modo, no existe la oposición rusa [с]-[сь] o [н]-[нь]: en hebreo, estos sonidos son idénticos.

En tercer lugar, hay algunos sonidos específicos a los que hay que acostumbrarse. La letra ר (resh) en la pronunciación israelí se parece al [r] sibilante: el sonido se forma en la garganta, similar al R francés. No se preocupe si no lo consigue a la primera: muchos hablan con el [r] ruso habitual y se les entiende. Las letras ח y כ (sin punto) producen el sonido [х], similar al ucraniano г o al sonido х pronunciado bruscamente en ruso (como en la palabra «бах»). El sonido h (letra ה), por el contrario, es suave y exhalado, sin ronquido, más parecido al ligero h inglés de home. Los rusoparlantes a menudo no lo distinguen, sustituyéndolo por [х] o [г], pero intenta captar la diferencia.

En cuarto lugar, ten en cuenta que hay dos letras en el alfabeto que por sí solas no producen ningún sonido: א (alef) y ע (ain). No se asuste cuando las vea en una palabra: normalmente no se pronuncian o solo separan los sonidos vocálicos adyacentes. En pocas palabras, si en una palabra aparece א o ע, simplemente lea el sonido vocal que sigue a esa letra (y la letra «muda» se puede omitir mentalmente).

Acentuación

La mayoría de las palabras en hebreo se acentúan en la última sílaba. No es una regla estricta (hay muchas excepciones), pero como orientación general al leer una palabra nueva, recuerde: lo más probable es que la última vocal sea la acentuada. Por ejemplo, дэ́лет (דלת – «puerta») se pronuncia correctamente con el acento en la e (дэ́лет), y Ерева́н (ירוון – nombre de una ciudad) con el acento en la última a. Con el tiempo, a medida que amplíe su vocabulario, sabrá dónde se pone el acento en cada palabra concreta, pero en la etapa inicial esto suele ser un problema: no dude en preguntar a los hablantes nativos o consultar el diccionario.

Lista de verbos con raíces y traducciones al español

La letra sobre la que recae el acento está resaltada con otro color

Transcripción

¿Qué hacer si aún no se siente seguro leyendo por su cuenta? La transcripción, es decir, la transcripción de la pronunciación de las palabras hebreas utilizando el alfabeto ruso o latino, puede ser de gran ayuda.

Список существительных на иврите с транскрипцией и переводом

Transcripción de palabras hebreas en letras latinas

Prácticamente todos los libros de texto y diccionarios para principiantes incluyen nuevas palabras en transcripción. Esto resulta muy útil al principio: al ver, por ejemplo, «shalom» junto a la palabra שלום, comprenderás inmediatamente cómo se lee. 

Sin embargo, la transcripción también tiene sus inconvenientes. En primer lugar, no garantiza una reproducción completa del sonido: por ejemplo, el sonido gutural suave ה se suele transcribir con la letra rusa «г», y el alumno luego lo pronuncia erróneamente como [г]. O, por ejemplo, la letra ח se transcribe en algunos libros de texto como х y en otros como ch; como resultado, los lectores se confunden sobre dónde está el sonido [х] y dónde está otro. En segundo lugar, al acostumbrarse a la transcripción, es fácil caer en la dependencia y no aprender nunca las letras. Sin embargo, el conocimiento del alfabeto y la capacidad de leer de forma autónoma son absolutamente necesarios para progresar en el idioma.

¿Qué hacer? Utilice la transcripción como ayuda, pero nada más. Si le tranquiliza, escriba algunas palabras con letras rusas, pero mire al mismo tiempo el original. Intente pasar lo antes posible a leer las letras hebreas, primero con las vocales y luego sin ellas. Un buen truco: lee una palabra nueva en transcripción, luego cierra la transcripción e intenta leer la misma palabra por tu cuenta. Cuanto antes «dejes» la transcripción, más rápido empezarás a leer de verdad.

Excepciones y particularidades

Cada idioma tiene sus matices, y el hebreo no es una excepción. A continuación, se indican algunas características que es importante tener en cuenta al leer.

Algunas letras se leen de forma diferente según la situación. Por ejemplo, la letra Bet (ב) con punto (daguesh) se lee como [b], y sin punto, como [v]. Del mismo modo, la letra Kaf (כ) con punto se lee como [k], y sin punto, como [x]; La letra Pei (פ) con punto se lee [п], y sin punto, [ф]. La letra Shin (ש) con punto arriba a la derecha transmite el sonido [ш], y si el punto está arriba a la izquierda (esta letra se llama Sin), se lee como [с]. Estos puntos solo se colocan en textos con acentos; en la escritura habitual, hay que distinguir, por ejemplo, entre [б] y [в] según el conocimiento de la palabra. Afortunadamente, hay pocas parejas de este tipo y pronto las memorizará.

Cinco letras del alfabeto tienen un aspecto especial cuando aparecen al final de una palabra (las llamadas formas «finales»). Son las mismas letras, pero se escriben de forma diferente: ך (kaf final), ם (mem final), ן (nun final), ף (pei final), ץ (tsadi final). Al leer, recónocelas por su forma general y su posición; por ejemplo, cualquier «gancho» largo que se extienda por debajo de la línea al final de la palabra es, muy probablemente, una nun o una pe final (y no un garabato aleatorio).

Otra característica distintiva son las abreviaturas. En libros, periódicos e incluso mensajes, encontrará palabras y frases abreviadas, es decir, varias letras con un apóstrofo o comillas. Surge la pregunta: ¿las abreviaturas en hebreo se leen letra por letra o como una palabra completa? No hay una regla universal: todo depende de la abreviatura concreta. Por lo general, la abreviatura se lee como si estuviera escrita completa, simplemente sabiendo lo que significa esa combinación de letras. Por ejemplo, la abreviatura ד״ר (dalet-comillas-resh) significa doctor, y al leerla se dirá «doctor». Sin embargo, la combinación ת״א se descifra como Tel Aviv (nombre de la ciudad) y se leerá como «Tel Aviv». Si no está seguro de cómo se pronuncia una abreviatura, es mejor consultar un diccionario o a un hablante nativo. Con el tiempo, las abreviaturas más comunes se memorizarán por sí solas.

Importante: no confundas estas abreviaturas con los símbolos fonéticos. El mismo símbolo ׳ (apóstrofo) puede colocarse junto a una letra para indicar una pronunciación especial; por ejemplo, ג׳ se lee como [dz] (como la J inglesa). Pero esto ya es otro tema, una sutileza que descubrirás a medida que profundices en el idioma.

Lectura sin vocalizaciones y contexto

Una de las principales dificultades para el estudiante es pasar de los textos didácticos con vocalizaciones a los textos normales sin ellas. Los israelíes adultos no utilizan vocalizaciones al escribir: periódicos, libros, sitios web... todo se imprime con letras «desnudas». ¿Cómo leen las palabras correctamente? 

Aquí te ayudan el contexto y el conocimiento del idioma. Con el tiempo, empezarás a reconocer automáticamente las palabras conocidas por la combinación de letras. Muchas palabras contienen las letras ו e י, que actúan como vocales (matres lectionis): por ejemplo, י suele indicar el sonido [i], y ו el sonido [o] o [u]. Gracias a esto, las palabras contienen pistas, ya que al menos algunas vocales son visibles. Además, la forma de la palabra suele indicar cuál debe ser la vocalización: los hablantes nativos saben que כתב se lee más probablemente como katav (él escribió), y ספר como sefer (libro), porque otras variantes no encajan con el significado.

Es mejor empezar a leer textos sin vocalizaciones poco a poco. Primero, intenta leer palabras conocidas y frases cortas: te sorprenderá, pero reconocerás las palabras habituales incluso sin los puntos vocálicos. A continuación, pasa a las oraciones: intenta comprender el significado general y descifra los conjuntos de letras desconocidos por el contexto. Por ejemplo, si en la frase se habla de los días de la semana y te encuentras con la combinación שבת, lo más probable es que se trate de shabat (sábado) y no de otra cosa, simplemente porque otras palabras con esas letras no encajarían aquí. 

El contexto es tu mejor aliado cuando lees sin vocalizar. Así es como lee cualquier israelí: ve ante sí el esqueleto de las consonantes y completa mentalmente las vocales que faltan basándose en el significado. Al principio parece magia, pero con la práctica dominarás esta habilidad. Simplemente no te apresures y dale tiempo a tu cerebro para que se acostumbre a la nueva forma de leer.

Errores típicos

Para terminar, enumeraremos algunos errores típicos que cometen los principiantes al leer hebreo:

  • Leer de izquierda a derecha. Por costumbre, es fácil empezar a leer una palabra hebrea por la letra de la izquierda en lugar de por la de la derecha. Como resultado, las letras se intercambian y se obtiene un galimatías. Recuerde siempre la dirección correcta: de derecha a izquierda para las palabras y las frases (pero tenga en cuenta que los números se escriben y se leen de izquierda a derecha).
  • Letras finales no reconocidas. Los principiantes a veces no reconocen las letras en su forma final y se asustan al ver al final de la palabra un extraño rizo ץ o una línea alargada hacia abajo ך. No olvide las cinco formas finales: si una letra tiene un aspecto inusual y se encuentra al final de la palabra, lo más probable es que sea una de ellas y no un signo de puntuación o un jeroglífico desconocido.
  • Confusión entre símbolos similares. En hebreo hay pares de letras que se diferencian solo en pequeños detalles y que, al leer rápidamente, es fácil confundir. Un ejemplo clásico es ד (dalet) y ר (resh): la primera se escribe con un ángulo pronunciado, mientras que la segunda tiene un ángulo más suave, pero en letra pequeña no es fácil apreciar la diferencia. Tienen siluetas similares ב y כ, ו y ז, ן y ו (la nun final y la letra vav pueden fusionarse en una sola pluma larga). Con el tiempo, aprenderás a distinguirlas al instante, pero por ahora, presta atención a cada «palito».
  • Acento «ruso». Otro error común es leer las palabras hebreas como si fueran un texto ruso. Por ejemplo, sordear las consonantes sonoras al final (decir lak en lugar de lag), suavizar las consonantes antes de i (limud en lugar del correcto limúd) o no distinguir entre los sonidos [h] y [x] (sustituyendo la letra ה por el sonido х o г). Recuerde que en hebreo todas las letras se pronuncian claramente: б, д, г al final de la palabra no se convierten en п, т, к; л y otras consonantes no se suavizan; ה es una [h] suave y aspirada, y en absoluto г.
  • Acento incorrecto. Cuando se empieza a leer, es fácil equivocarse con el acento de las palabras. Muchos ponen el acento automáticamente en la primera sílaba (por costumbre rusa) o en la penúltima (por analogía con el yiddish o el letón). En hebreo, sin embargo, la sílaba acentuada suele ser la última. Por supuesto, hay excepciones, pero la regla de «acento en la última sílaba» es una buena pista para los primeros intentos de lectura. Es mejor preguntar o informarse que tener que volver a aprender después, ya que un cambio en el acento puede distorsionar el significado de la palabra.
  • Dependencia de la transcripción. Algunos alumnos se acostumbran tanto a leer las palabras en transcripción que, aunque conozcan las letras, cada vez traducen mentalmente primero el hebreo a sonidos rusos. Como resultado, la lectura se ralentiza y, sin las pistas de las líneas inferiores, la persona se pierde. No permita que esto suceda: intente leer directamente por las letras, utilizando la transcripción solo como ayuda.
  • El miedo al texto sin vocalizaciones. Quizás el principal obstáculo sea psicológico. Al principio, a los alumnos adultos les da miedo leer palabras en las que no hay ni una sola vocal: ¿y si leo mal? Sin embargo, es precisamente la práctica de la lectura «sin puntos» lo que le convertirá en un verdadero experto en el idioma. No tenga miedo de equivocarse: intente leer como le parezca y luego compruébelo con la traducción o el diccionario. El 99 % de las palabras cobrarán sentido en cuanto las vea en una frase. Cuanta más práctica tenga, menos miedo le darán esas combinaciones de letras sin vocales.

Conclusión

Leer en hebreo es una habilidad que se aprende con paciencia. Al principio, las letras parecen símbolos incomprensibles, pero poco a poco empiezas a ver los sonidos y las palabras que hay detrás de ellas. El alfabeto se aprende bastante rápido, las reglas de lectura son lógicas y concisas, y luego todo depende de la práctica. Lee un poco cada día, aunque solo sean un par de líneas, y muy pronto te darás cuenta de que ya comprendes con soltura los textos en hebreo.

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