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Hebreo e yiddish: ¿en qué se diferencian?
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Vitaly

Hebreo e yiddish: ¿en qué se diferencian?

26/09/2025
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Ambas lenguas están relacionadas con el pueblo judío, pero tienen un origen, una pronunciación y un destino diferentes. En este artículo se explica cómo distinguir el yiddish del hebreo, en qué se parecen y por qué se confunden a menudo.

¿Alguna vez te has preguntado en qué se diferencia el yiddish del hebreo y por qué a menudo se confunden estos dos idiomas? Ambos son lenguas del pueblo judío, pero surgieron en momentos diferentes y en circunstancias distintas.

En este artículo compartiremos nuestros conocimientos expertos sobre las diferencias entre el hebreo y el yiddish, y analizaremos sus similitudes para disipar algunos conceptos erróneos muy extendidos.

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Qué idioma es más antiguo: el yiddish o el hebreo

Comencemos con la historia de su origen.

La respuesta a la pregunta: “¿Qué idioma es más antiguo: el yiddish o el hebreo?” es realmente obvia: el más antiguo es el hebreo. Este idioma pertenece a la familia semítica y cuenta con más de tres mil años de historia. Ya existía en la época de la Biblia: lo hablaban los antiguos israelitas, y los monumentos escritos (por ejemplo, los textos del Tanaj) se remontan a tiempos inmemoriales. Ya en el siglo XIII a. C., el hebreo se había consolidado como lengua independiente y, posteriormente, se utilizó durante muchos siglos en los libros sagrados y las oraciones.

El yiddish apareció mucho más tarde. Se formó en la Edad Media, aproximadamente entre los siglos X y XIV de nuestra era. Pertenece a una familia lingüística completamente diferente: es una lengua del grupo germánico, pariente cercano del alemán. Se basa en los dialectos del alto alemán medio, que hablaban los judíos ashkenazíes en Europa. Poco a poco, se fueron añadiendo palabras de otras lenguas: alrededor del 70 % del vocabulario del yiddish es de origen alemán, aproximadamente el 20 % proviene del hebreo antiguo y el arameo, y otra parte importante son préstamos eslavos (del ruso, polaco, ucraniano, etc.).

Por lo tanto, en cuanto a su origen, estas lenguas no son en absoluto “gemelas”: una se desarrolló en el suelo semítico de Oriente Medio, mientras que la otra lo hizo sobre una base germánica en Europa.

Quién habla hebreo, yiddish

La historia de estas lenguas ha influido en quiénes las hablan hoy en día.

El hebreo sobrevivió a una época de olvido y fue revivido a finales del siglo XIX y principios del XX gracias a los esfuerzos de entusiastas como Eliezer Ben-Yehuda. Tras la fundación del Estado de Israel (1948), volvió a ser una lengua viva y hablada.

Hoy en día es el idioma oficial de Israel, hablado a diario por unos 9 millones de personas. Por las calles de Tel Aviv y Jerusalén se oye hablar en hebreo. Los israelíes de hoy usan el hebreo como su lengua materna. No solo los judíos lo hablan, sino que incluso muchos ciudadanos árabes de Israel, visitantes y estudiantes lo aprenden para estudiar y trabajar.

¿Y qué hay del yiddish? Hasta mediados del siglo XX, era la lengua materna de millones de judíos ashkenazíes, especialmente en Europa del Este, Estados Unidos y otros países de la diáspora. Sin embargo, la tragedia del Holocausto y la asimilación redujeron considerablemente el número de hablantes.

Hoy en día, hay muchos menos hablantes de yiddish. Este idioma todavía se puede escuchar en comunidades ultrarreligiosas, por ejemplo, en zonas de Nueva York (Brooklyn) o Jerusalén (Mea Shearim), donde los judíos jasídicos conservan los idiomas judíos hebreo e idish, cada uno con su función. En estas comunidades, el yiddish sigue siendo la lengua hablada en la familia y en la vida cotidiana (se le llama “mamé-lochn”), mientras que el hebreo se utiliza en la oración y en el estudio de los textos sagrados. Fuera de estos círculos, el yiddish es más bien una rareza: la generación joven de israelíes y los descendientes de emigrantes en Estados Unidos ya rara vez lo hablan con fluidez.

Sin embargo, el yiddish no ha desaparecido: según diversas estimaciones, varias cientos de miles de personas en todo el mundo siguen hablándolo, y hay entusiastas que se esfuerzan por preservarlo.

En qué se diferencia el yiddish del hebreo

El hebreo y el yiddish difieren prácticamente en todo, excepto en el alfabeto. A continuación enumeramos las principales diferencias entre ambos idiomas.

Origen y parentesco

El hebreo es una lengua semítica originaria de Oriente Medio, descendiente del antiguo cananeo (cercano al fenicio). A modo de comparación, el yiddish es una lengua indoeuropea del grupo germánico occidental, que se desarrolló a partir del alemán medieval. En pocas palabras, el árabe es más cercano al hebreo que el alemán al yiddish, y no al revés.

Vocabulario (composición léxica)

El vocabulario básico del hebreo proviene de raíces hebreas antiguas y tiene miles de años de antigüedad. El hebreo moderno tiene préstamos del inglés, el árabe y otros idiomas, pero la base sigue siendo semítica (por ejemplo, shulchan significa “mesa” y sefer significa “libro”).

El yiddish, en su mayor parte, está compuesto por palabras alemanas: para muchos conceptos se utilizan términos de origen germánico. Así, “libro” en yiddish se dice buch (del alemán Buch), y “mesa” se dice tisch (del alemán Tisch).

Al mismo tiempo, el yiddish ha incorporado miles de palabras del hebreo, especialmente relacionadas con la religión y la vida cotidiana. Palabras como shalom (paz), shabbat (sábado) o maher (artesano, del hebreo “maase”, trabajo) llegaron al yiddish desde la lengua sagrada de los antepasados. Sin embargo, en general, el lenguaje cotidiano en yiddish y en hebreo suena completamente diferente debido a la diferencia en las palabras.

Gramática y estructura del idioma

La estructura gramatical del hebreo difiere considerablemente de la de las lenguas europeas. En ella, las palabras se forman a partir de raíces de tres letras mediante la alternancia de vocales y la adición de patrones (los llamados binyanim y paradigmas de palabras). Por ejemplo, la raíz -k-t-b- da lugar a las palabras katav (escribió), mikhtaw (carta), katavti (yo escribí), etc.

El yiddish está organizado de otra manera, siguiendo el modelo alemán. Tiene categorías que son familiares para los hablantes de lenguas europeas: artículos (der, di, dos, equivalentes a “the”), varios casos (nominativo, acusativo, etc.), tres géneros de sustantivos (masculino, femenino, neutro). El orden de las palabras y los métodos de formación de nuevas formas en yiddish se acercan más al alemán y, en menor medida, a las lenguas eslavas.

En pocas palabras, la gramática del yiddish resulta más familiar para los europeos, mientras que el hebreo requiere acostumbrarse a una lógica diferente de formación de palabras.

Sonidos y pronunciación

La fonética del hebreo ha incorporado características semíticas. Contiene los sonidos ain y het, consonantes guturales profundas que no existen en ruso (aproximadamente como en árabe o como la r francesa en la garganta). La letra reish en el hebreo israelí se pronuncia normalmente como una [r] gutural (parecida a la r francesa), mientras que la r del yiddish suena más bien como una [r] vibrante, más cercana a la eslava.

El sistema fonético del yiddish es, en general, similar al alemán: tiene una ch sibilante característica ([х] como en la palabra nacht), combinaciones sch, oy, ay y otros diptongos propios del alemán.

Es interesante que muchas letras del alfabeto hebreo se lean de forma diferente en yiddish y en hebreo. Por ejemplo, la letra ת (tav) en el hebreo moderno siempre es [t], mientras que en yiddish transmite el sonido [s] (como sov, de la pronunciación ashkenazí). La letra ו (vav) en hebreo se lee como [v], mientras que en yiddish la misma letra suele dar el sonido vocal [u] u [o] (en combinaciones). Resulta que incluso las letras comunes “suenan” de manera diferente en estos idiomas.

Escritura y ortografía

Ambos idiomas se escriben de derecha a izquierda con las mismas letras, pero las reglas ortográficas son diferentes.

En hebreo no se suelen escribir las vocales: de las 22 letras, la mayoría representan consonantes, y los textos se escriben sin vocales. El lector debe reconstruir las vocales por sí mismo a partir del contexto. En los libros de texto y los libros religiosos se utilizan signos vocálicos especiales (nikud) debajo de las letras para indicar la lectura.

Marcas vocálicas en hebreo

El sistema vocálico del hebreo se transmite mediante las vocales

En yiddish, por el contrario, los sonidos vocálicos suelen representarse con letras del alfabeto. Donde el hebreo deja un signo vacío, el yiddish escribe su propia letra para la vocal. Por ejemplo, el sonido [у] se representa con la combinación וו (doble vav), y el sonido [ой] con la combinación וי. Gracias a esto, el texto en yiddish se lee de forma inequívoca y no requiere vocalización.

Además, históricamente se han desarrollado diferencias en la escritura: en las publicaciones impresas, el yiddish se escribe a menudo con la fuente webertaich (una antigua “letra femenina”), mientras que el hebreo se escribe con las habituales letras cuadradas. Actualmente, estas diferencias se han suavizado, pero la ortografía sigue siendo diferente: una palabra escrita en yiddish no siempre coincide con la ortografía de la misma palabra en hebreo.

Comparación de la ortografía hebrea y yidis

Comparación de la escritura de la frase “Hoy hace buen tiempo” en hebreo y en yiddish

Estatus y uso

The role of Hebrew and Yiddish in society today is opposite.

El hebreo moderno es el idioma oficial de Israel, el medio de comunicación entre las diferentes etnias y el símbolo del renacimiento de la nación. Se está desarrollando activamente, se publican libros y periódicos en este idioma, se emiten programas de televisión y se realizan trabajos científicos.

El yiddish se conserva principalmente como lengua tradicional. Tras la catástrofe que sufrió la comunidad judía europea, el número de hablantes disminuyó considerablemente y la lengua perdió su estatus de lengua cotidiana para la mayoría de los judíos. El hebreo lo desplazó en el ámbito oficial: por ejemplo, en Israel, durante las primeras décadas, incluso existían restricciones al uso del yiddish para animar a todos los repatriados a pasar al hebreo.

Hoy en día, el yiddish se considera una lengua del patrimonio cultural. Se habla en algunas comunidades y se publican algunas obras literarias y revistas para un círculo reducido de lectores. En pocas palabras, el hebreo es hoy en día una lengua viva y moderna, mientras que el yiddish es principalmente una lengua histórica que se conserva en el ámbito de los creyentes ortodoxos y en los libros de texto sobre cultura.

Similitudes

A pesar de todas las diferencias, hay rasgos comunes que acercan estas dos lenguas. Enumeremos las principales similitudes entre ellas.

Alfabeto común y escritura

El hebreo y el yiddish utilizan el mismo alfabeto judío. Ambos idiomas se escriben de derecha a izquierda, con los mismos símbolos, desde la alef (א) hasta la tav (ת). Es una herencia de la tradición escrita judía común. Cualquier hablante de yiddish puede leer sin dificultad un letrero en hebreo (aunque no entienda su significado) y viceversa. Por ejemplo, el nombre de la capital de Israel, ירושלים, está escrito con letras que son familiares tanto para los hablantes de yiddish como para los de hebreo (en español, “Jerusalén”). El alfabeto común es una de las pocas cosas que realmente unen estas lenguas desde el punto de vista técnico.

Los alfabetos yiddish y hebreo son el mismo.

El yiddish y el hebreo tienen un alfabeto común

Cultura e historia judías

Tanto el yiddish como el hebreo están indisolublemente ligados al pueblo judío y a su destino. Ambos idiomas surgieron como solución a la cuestión lingüística en diferentes contextos: el hebreo era el idioma de la oración y las Escrituras, mientras que el yiddish se convirtió en el idioma de la vida cotidiana de los judíos europeos.

El yiddish refleja la cultura popular de los judíos ashkenazíes: canciones, proverbios, folclore (no en vano se le llama la lengua del shtetl judío). El hebreo, por su parte, mantenía el vínculo entre generaciones a través de la religión: se le llamaba “lashon kodesh” (lengua sagrada) y se utilizaba en la sinagoga y en el estudio de la Torá.

Ambos idiomas son elementos importantes de la identidad judía, cada uno a su manera. El conocimiento del yiddish ayuda a comprender la vida cotidiana y el humor de la diáspora judía, mientras que el conocimiento del hebreo abre las puertas al legado espiritual y a la cultura israelí contemporánea.

Entrelazamiento de palabras y expresiones

El yiddish ha incorporado muchas expresiones del hebreo, por lo que algunas palabras son comunes a ambos idiomas. Por ejemplo, el saludo “shalom aleichem” (la paz sea con vosotros) es bien conocido tanto por los hablantes de yiddish como por los de hebreo, aunque lo pronuncian con acentos diferentes. Los nombres judíos, los nombres de las fiestas, los términos religiosos – todo suena casi igual en ambos idiomas (Moshe – Moishe, Shabbat – Shabos, Kosher – Kosher).

Se puede decir que el yiddish ha conservado el “código genético” del hebreo: aproximadamente una quinta parte del vocabulario yiddish tiene origen semítico.

También se observa una influencia inversa: algunas expresiones coloquiales del yiddish han pasado al hebreo moderno, aportándole colorido. Así, entre ambas lenguas existe una capa de conceptos comunes, comprensibles para los hablantes de ambas.

Principios de la formación de palabras

Para sorpresa de muchos, el yiddish y el hebreo tienen características similares en la formación de nuevas palabras. Ambos idiomas son capaces de crear palabras compuestas concisas. En hebreo, las palabras se combinan en expresiones como “beit sefer” (literalmente “casa del libro”, es decir, escuela) o se forman nuevos conceptos mediante prefijos y sufijos.

En el yiddish, bajo la influencia del alemán, también hay palabras compuestas largas, por ejemplo: “fersteiner-kop”, que literalmente significa “cabeza de piedra”, terco. Ambos idiomas aprecian las expresiones figurativas y las frases idiomáticas, que son difíciles de traducir literalmente. Esta libertad creativa del lenguaje también forma parte del patrimonio cultural común.

Pruebas del tiempo y renacimiento

El hebreo y el yiddish experimentaron períodos de declive en el siglo XX, seguidos de intentos de renacimiento.

El hebreo pasó de ser una lengua “muerta” de oración a convertirse en una lengua oficial dinámica, lo que constituye un caso sin precedentes de revitalización exitosa de una lengua antigua.

Aunque ha perdido muchos hablantes, el yiddish está experimentando un renovado interés: hay cursos, se publican libros y películas, y los jóvenes de las comunidades judías vuelven a aprender la lengua de sus abuelos.

Ambas lenguas han demostrado su vitalidad. Para los estudiantes, esto significa que, al aprender hebreo o yiddish, se convierten en continuadores de esta historia única de preservación de la lengua a lo largo de los siglos.

Conclusión

Las diferencias entre el yiddish y el hebreo son enormes.

El hebreo es una antigua lengua semítica que ha resurgido en la Israel contemporánea, mientras que el yiddish es una lengua más “joven” que surgió en la Europa medieval a partir del alemán. Tienen diferentes sonidos, gramática y ámbitos de aplicación. Hoy en día, el hebreo se habla en las calles y en Internet, mientras que el yiddish se habla principalmente en las familias judías ortodoxas y en el patrimonio cultural. Sin embargo, también hay similitudes: ambos idiomas se escriben con las mismas letras y conservan el espíritu de la tradición judía. Conociendo estas diferencias, ya no confundirás el idioma en el que habla el protagonista de un viejo chiste judío y el que cantan los cantantes israelíes.

Cada una de estas lenguas es hermosa y valiosa a su manera: el estudio del hebreo proporciona la clave para comprender la vida contemporánea de Israel, mientras que el conocimiento del yiddish abre una ventana al mundo de la historia y la sabiduría de los judíos ashkenazíes. Aunque diferentes, ambas forman parte del rico patrimonio lingüístico del pueblo judío.

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